Cuando algunos padres preocupados por escoger “la mejor formación” para sus hijos me piden orientación frente a diferentes opciones, uno de los elementos que creo fundamental observar es si el currículum del colegio analizado logra desafiar a sus estudiantes, es decir, más allá de cuál es el título final o si cumple con los estándares de lo que muchos consideran excelencia académica la pregunta crucial es si el trayecto educativo en el cual tu hijo se va a embarcar está pensado para lograr un verdadero desafío para él. Aquí es precisamente donde suelen surgir algunas confusiones y dudas.
Un colegio “exigente”no es sinónimo de un colegio “desafiante”. Veamos las diferencias.
El estándar educativo de una escuela es difícil de medir, sin embargo, el hecho de que haya un mayor grado de exigencia en la complejidad de los contenidos, una carga curricular elevada (cantidad de horas de clase) o el nivel de intensificación de ciertos contenidos debido a una orientación específica (colegios bilingües, técnicos, etc.) puede convertirlos en “exigentes” frente a otras opciones, esto por sí mismo no significa una dificultad, pero es esencial tomarlo en cuenta, como veremos a continuación.
Un desafío es algo mucho más sutil. No existe un “estándar” de desafío porque cada niño es único, eso significa que su desafío probablemente será distinto al de otros niños. Un nivel de exigencia que esté sobre el nivel de tu hijo durante un tiempo prolongado puede dañar considerablemente su autopercepción y disminuir su motivación por aprender cayendo en el desánimo y el sentimiento de invalidez frente al estudio, lo cual puede ser especialmente delicado respecto de los estudios judaicos dónde los sentimientos positivos deben ser la base de la formación del estudiante.
Al revisar las alternativas posibles para escoger la mejor formación para tu hijo, es importante definir el grado de exigencia de la institución, pero también considerar si él podrá afrontar cómodamente la carga curricular y horaria del mismo o si esta puede resultar en un esfuerzo desmedido.
Existen al menos dos opciones para lograr mayor claridad en este punto, el primero es encontrar un colegio que “calce” con la personalidad, las capacidades y las condiciones actuales del niño, esto no siempre es fácilmente estimable, pero a veces podemos lograrlo conociendo bien a nuestro hijo y familiarizándonos con la propuesta educativa.
La segunda opción es ver si este colegio en particular posee un sistema o dispositivo de adaptación curricular y un adecuado seguimiento de la trayectoria escolar de sus alumnos, considerando sus particularidades y necesidades específicas en todas las áreas. ¡En ese caso, incluso un colegio “exigente” puede lograr el estándar de desafío educativo en sus estudiantes!

