Pesaj es la fiesta de la redención (Gueulá en hebreo), el momento más propicio para romper cadenas personales.
Para comprender un concepto cabalmente es preciso comprender su opuesto, ¿cuál es el opuesto de «Gueulá»? El «Galut»…el exilio.
El exilio está vinculado a la extrañeza, a la rarificación: el sentimiento de inadecuación.
Muchas veces nos sentimos fuera de lugar... incluso en áreas que nos hacen bien.
Sentirnos extraños cuando no deberíamos realmente «estar allí» es sano y es parte de la autopreservación, el problema radica en sentirnos extraños en aquello que es genuinamente nuestro, en lo que nos pertenece.
Existe una máxima en el judaísmo que nos insta a no vernos a nosotros mismos como inadecuados (Pirkei Avot1), la misma está sostenida por la certeza de que todo aquello que tiene potencial de hacernos bien, de darnos luz y de empoderarnos positivamente no solo es posible, sino que tenemos absoluta capacidad de hacerlo parte de nuestras vidas.
¡Vos podes y te mereces estar bien! 🙌🏼
No hay ninguna razón material ni espiritual para no permitirnos la felicidad… y esto es porque en el judaísmo la felicidad no es un derecho, ¡es una obligación!
¡Que tengan un Pesaj Kasher veSameaj y que veamos redenciones en nuestras vidas!
- Rabí Shimon en Pirkei Avot (2:13): «No seas malvado ante tus propios ojos» ↩︎
