La festividad de Purim tiene la particularidad de representar en cierta forma al alma del Pueblo Judío.
Sabemos que existe una Torá Escrita y una Oral; la primera fue entregada a manos de Am Israel en el Monte Sinaí y dictada a Moshé Rabenu durante la travesía en el desierto, siendo su aceptación un imperativo imposible de disuadir: cuando la verdad absoluta se revela con plenitud no existe lugar para la duda. Las dudas solo pueden existir cuando hay oscuridad, cuando las sombras vuelven difusos los escenarios en los que nos hallamos.
Sin embargo, Nuestros Sabios nos enseñan que la Torá Oral, pese a haber sido entregada junto a la Torá Escrita no fue aceptada en el corazón del Pueblo hasta el exilio Babilónico luego de la historia de Purim que es narrada en la Meguilá.
¿Qué sucedió aquí? La Meguilat Esther tiene la particularidad de narrar una historia donde Hashem permanece oculto, una historia que sucede a lo largo de varios años y que, como dice Rav Dessler Z”L, desde una perspectiva secular carece absolutamente de sentido: Cualquier persona con “sentido común” habría dicho que lo sucedido simplemente “es culpa” de Mordejai… ¿Cómo va a ausentarse alguien tan importante y representativo de Am Israel en una fiesta del Rey, donde está la mayor oportunidad de networking, de lazos políticos y de tratos económicos de todo el reinado? ¿Cómo no vamos a tomar un poquito de vino fino servido en copas de oro si la Torá Escrita no dice nada al respecto? ¿Qué daño podría hacer salirnos un poco de la línea que enseñaron nuestros Maestros? ¿Es posible que un hombre tan sabio y piadoso como Mordejai no se dé cuenta que al no prosternarse al nuevo dictador del reinado (Hamán) nos pone a todos en peligro? ¡¿acaso no es que el peligro de vida va por encima de todo?!
Sí. Si uno se olvida de lo que la morá le enseñó en el colegio y lo piensa “objetivamente” esta historia carece de sentido. Solo hay un pequeño detalle… hay Quién maneja el mundo. Existen reglas espirituales, y esas reglas no se ven, a menos que uno pueda ver más allá del aparente “sentido común”…
Un padre se acerca a su hijo mientras este juega un nuevo videojuego e intenta aconsejarlo sabiamente sobre cómo debe combatir y la estrategia que debería usar basado en su propia experiencia: los juegos de hace unos 15 años atrás… lo que el padre no sabe es que las reglas del juego son completamente diferentes ahora… Sus consejos están basados en su experto conocimiento, y puede ser frustrante y desconcertante ver como ese hijo actúa al revés de como él lo hubiese hecho en su lugar; sin embargo, su hijo puede “ver más allá”, pues conoce las nuevas reglas, objetivos y desafíos que el juego representa. Es parecido… pero no igual.
La esencia de Purim es la Torá Oral, aquello que está más allá de lo evidente, el alma que anima al Pueblo Judío y lo guía a través de la historia siguiendo reglas invisibles, las mismas que lo conducirán hasta el final del camino con éxito.
Aunque hoy la oscuridad vuelva difusos por momentos los escenarios, la luz tan clara que vislumbramos en Sinaí continúa guiándonos.

