EL ORGULLO DE SER JUDÍO: La lección de Yaakov – Por Rav Iejezkel Maleh

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En el relato de la Torá del encuentro entre Yaakov y Esav, se nos presenta un interesante contraste entre dos formas de vivir la vida. Yaakov valora lo que tiene al decir «iesh li Kol», es decir, «tengo todo«, mientras que Esav, en su constante insatisfacción, afirma «iesh li Rab», que significa «tengo mucho«. Esta diferencia refleja dos enfoques opuestos: la gratitud por lo que se posee frente a la búsqueda constante de más.

Aquí la Tora nos está enseñando dos cosmovisiones del mundo y la vida que hacen la diferencia entre una vida plena y feliz y su opuesto. Esav y Yaacov eran muy ricos, pero Esav veía lo «mucho» que tenía. Cuando uno mide si tiene mucho o poco, nunca le alcanza, siempre hay «más» que aún no tiene. Yaacov se enfocó en que lo tiene todo. No le falta nada, no tiene que estar buscando todo el tiempo «allá afuera» lo que no tiene es  porque no necesita nada más, es feliz con lo que tiene, no por mediocridad o falta de ambición, sino por el total convencimiento que Hashem1 le manda lo Justo y necesario para cumplir su misión en la vida.

Esta conversación puede ser vista como una metáfora de la vida en general. Muchas personas, como Esav, están constantemente buscando más y nunca están satisfechas con lo que tienen. Esto puede llevar a una vida de insatisfacción y descontento.

Sin embargo,  hay un punto en especial  que nos compete como judíos observantes de la Torá:

Esta conversación puede ser vista como una advertencia contra la tendencia a mirar hacia afuera y desear lo que hacen  los demás. Es común, en  especial los jóvenes,  sentirse atraídos por las costumbres y prácticas de “la calle”, pensando que son más atractivas o divertidas. 

En la adolescencia,  la presión por encajar y seguir ciertos estándares puede llevar a mirar hacia afuera en busca de validación y placeres efímeros.

Este es uno de los principales desafíos de los padres y educadores de esta generación, lograr que los jóvenes no sean captados por la constante avalancha de información y de publicidades llamativas, las cuales los invitan a formar parte de una vida (aparentemente) súper placentera y feliz.

Creo que en la misma Perashá2 podemos encontrar la herramienta para luchar contra esto:

El Rab Moshe Feinstein3 Z»L nos enseña a través de la historia de Yaakov y Esav que antes de hacer las paces, Yaakov establece como condición el compromiso de cumplir la Torá en su totalidad, demostrando así su firmeza en sus creencias y valores.

Esto se ve claramente en su declaración de que vivió con Labán y cumplió las mitzvot4

La  explicación de Rab Moshe Feinstein es muy iluminadora. Al destacar que Yaakov establece la condición de que cumplirá la Torá en su totalidad antes de hacer las paces con Esav, esto muestra que Yaakov se siente orgulloso de su conexión con la Torá y su cumplimiento de los mandamientos.

Este es un mensaje clave  el cual debemos dar: mantenernos orgullosos de nuestra herencia y nuestra conexión con la Torá.

Es importante transmitir a nuestros adolescentes la importancia de valorar lo que tienen, de sentirse orgullosos de su identidad judía y de buscar la plenitud a través de la conexión con la Torá. 

En un mundo lleno de distracciones y tentaciones, es fundamental crear espacios (estudios especiales, Cenas de Shabat, etc.) en los cuales los jóvenes puedan vivenciar que  la verdadera riqueza y satisfacción reside en la espiritualidad y en el cumplimiento de los preceptos.

No debemos ser hipócritas, debemos reconocer (y no negarles a los jóvenes) que obviamente las ofertas fuera del marco de la Torá son llamativas y tentadoras; sin embargo, los jóvenes deben sentir que lo que tienen es aún mejor. 

El Rab Eliahu Lopian Z»L nos ofrece un ejemplo ilustrativo. Sería absurdo Imaginar a una abuela que posee y  toma todo tipo de pastillas que se sienta triste por su  nieto que no tiene ninguna. Ya que, el nieto no las necesita porque es saludable y fuerte. De la misma manera, una persona que vive una vida de Tora conectado,  no necesita de los placeres y pasatiempos del mundo, porque encuentra su satisfacción y felicidad en la conexión con Dios y la observancia de Sus mandamientos.

En este sentido, el orgullo de ser judío no es solo una cuestión de identidad, sino también una cuestión de valores y prioridades que al conectarnos con nuestra herencia judía nos inmuniza de los peligros que acechan.

En conclusión, la historia de Yaakov y Esav nos enseña la importancia de valorar lo que tenemos y encontrar el orgullo en ser judío. Al vivir una vida plena de Tora y conectarnos con nuestra herencia judía, podemos encontrar la verdadera satisfacción y felicidad que buscamos.

Rav Iejezkel Maleh, de nacionalidad Argentina, se ha formado en Israel en las Ieshivot Binyan Olam y Iad Aharon.
Actualmente Maguid shiur en el Secundario Iosef Caro, Abrej en la Yeshivá Jazón Iejezkel y Director del grupo para jóvenes universitarios Kesher Positivo.

  1. Dios. ↩︎
  2. Porción semanal de la Torá que se lee periódicamente durante el año. ↩︎
  3. Uno de los dictaminadores (poskei halajá) de leyes judías más renombrados de la última generación. ↩︎
  4. Mandamientos, preceptos. ↩︎