La Guemará en el Tratado de Berajot 3: y 4., menciona que los Sabios le comunicaron al Rey David que el pueblo estaba en una situación apremiante, luego de buscar otros caminos posibles para resolverla se vio obligado a reconocer la necesidad de comenzar una guerra para lograr el sustento de la nación. Hizo tres cosas antes de emprenderla:
1- Buscó consejo, de Ajitofel consejero del Rey.
2- Pidió permiso, del Sanhedrin, el Consejo de Sabios garantes de la justicia.
3- Consultó el resultado de su gestión a Hashem mediante los Urim veTumim (el pectoral del Cohén Gadol que tenía la maravillosa propiedad de servir como un medio de comunicación de la Voluntad Di-vina).
El “qué”. En ese sentido, buscar consejo es el paso lógico y racional para iniciar cualquier proceso: identificar si existe realmente una necesidad que resolver.
El “cómo”. Pedir permiso halájico a los Sabios – saber si es permitido y adecuado este curso de acción – luego de haber pensado las posibles soluciones al problema identificado.
Y por último, indagar en aquello que está más allá de nuestro control. En aquel contexto donde era posible hacerlo, David HaMelej no optó como primera opción por estar seguro de los resultados. Uno de los fundamentos del judaísmo es que los resultados nunca dependen de nosotros, a nosotros nos toca solo hacer lo mejor posible ante los desafíos que enfrentamos. Por ese motivo los Urim veTumim fueron el último paso y no lo primero.
En nuestra parashá Yaakov Avinu sabe que está por enfrentarse inevitablemente a su hermano Esav quien viene acompañado por un ejército dispuesto a destruirlo. Esta es una situación de incertidumbre, puesto que el problema ya está frente a sus ojos, el “qué” ya había sido fijado. Para ello emprende tres tipos de acciones:
1) Prepararse para la guerra: el paso lógico ante una situación inevitable. ¿Cómo enfrento este desafío en la forma más eficaz posible?
2) Rezar: Buscar la conexión con Hashem y hacer la hishtadlut (el esfuerzo) que está en mis manos. Verificar que mi nivel espiritual e intenciones son las correctas y que no me estoy dejando llevar por mi conveniencia o intereses egoístas. Dado que el enfrentamiento era inevitable, la Voluntad Di-vina no necesitaba ser clarificada.
3) Enviar regalos para calmar a Esav: lidiar con el libre albedrío ajeno. La libertad de los demás está más allá de nuestro control directo. Todo lo que podemos hacer es brindar las herramientas y crear el contexto adecuado para que los demás tengan la posibilidad de elegir.
De David Hamelej y Yaakov Avinu podemos aprender los fundamentos para emprender y lidiar con la incertidumbre: Debemos abrir los ojos y usar la cabeza, esforzarnos en aquello que sea correcto y productivo en este momento, en lugar de enfocarnos en aquello que no está bajo nuestro control, verificando si realmente hicimos todo lo que pudimos o simplemente estamos en nuestra zona de confort.
Este artículo fue escrito por Rav Vladimir Milessi para la revista de Maimonides School, para descargar esta publicación:
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