En el judaísmo existen tres «Cualidades de relación1«: El amor, el respeto y la admiración.
Una relación sana, completa y placentera no puede prescindir de estos tres elementos.
Si sólo hay amor, sin los límites del respeto es probable que me este amando a mí mismo y no al otro.
Si sólo hay respeto, sin la motivación del amor nuestra relación es pura forma… es una «formalidad».
Si sólo hay reverencia y admiración, la relación es solo un anhelo, lejano a la realidad… una idealización.
Muchas de nuestras relaciones sociales, familiares y laborales se limitan a una o dos de estas cualidades.
Estamos cerca de Rosh HaShaná, es el momento ideal para revisar los ingredientes de nuestras relaciones: aún estamos a tiempo de cambiar la receta.
¡Un poco más de amor, de respeto o admiración!
Un pequeño secreto: ¡la clave está en el orden!
1️⃣Respeto/honor: toda relación debe contemplar al otro como tal. Incluso las relaciones de amor más profundas.
2️⃣Amor: toda relación precisa de esfuerzo para construirse firmemente, pero esfuerzo sin placer no es amor. ¿Qué te hace sentir bien de este vínculo? Ahora si, el placer nos motiva a ir por más profundidad.
3️⃣Admiración/reverencia: toda relación constructiva está basada en algo más que el placer o el respeto, se basa en el sentimiento de admiración por la grandeza de la otra persona, todos somos GRANDES en algo, nuestra tarea es descubrir esa grandeza en quienes nos rodean.
¡BSD Que nuestras relaciones sean cada día más sanas, positivas y placenteras!
PD: la imagen de esta publicación fue diseñada mediante IA por mi queridísimo hijo Eitán D. Milessi, ¡kol hakavod por usar su creatividad e inventiva en zikui harabim!
- Este texto está basado en la clasificación que trae el Rav Moshe Shojtowitz en su maravilloso libro «Binian Habait». ↩︎

