Pregunta #8

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PREGUNTA

¿Hasta qué edad es «natural» el egocentrismo en los adolescentes? ¿Y la prepotencia? (que se crean que lo saben todo y traten de imponerlo)

RESPUESTA

Hola, ¡Muchas gracias por escribirnos! primero que nada, es importante enmarcar esta pregunta. 

¿Quién dijo que el egocentrismo es propio de la adolescencia?

En realidad, la mirada egocéntrica es un signo natural de inmadurez, un niño es egocéntrico por definición, ya que su punto de referencia inicial para comprender la realidad es nada menos que él mismo. Esta inmadurez puede llegar e incluso atravesar la adolescencia… uno puede tener 40 años y ser igual de egocéntrico que a los tres años…

Dicho esto, ¿por qué nos parece que un adolescente es más egocéntrico y más cerrado que un niño promedio?

La razón es porque los adolescentes suelen ser más individualistas. El individualismo no es idéntico al egocentrismo; en realidad no es que el adolescente ve sólo su punto de vista – salvo por que puede ser aún inmaduro, como dijimos – sino que tiende más a “hacer la suya”, vivir en su propio mundo interior. La diferencia clave es que en el egocentrismo existe una pretensión de que la realidad se acomode a uno, en cambio en la individualidad el sentimiento preponderante es “que te dejen en paz”.

Respecto a la prepotencia, es un rasgo más de personalidad individual que un rasgo de la adolescencia en sí, sin embargo, podríamos decir que tal como dice Rav Orlowek Shlit´´a un adolescente en ese sentido es igual que un niño, prefiere morir antes que perder. Enfrentar a un adolescente que está formando su individualidad es como querer convencer a un niño en “los terribles dos” años a decir que si a algo; así como un niño de dos años está afirmando su individualidad a través del “no”, el adolescente está formando su identidad diferenciándose de su entorno, en particular de aquellos que hasta el momento tenían la soberanía sobre él, es decir, todo el “gremio” de los adultos, con sus valores, tradiciones y prioridades.

En general, uno podrá notar – salvo en casos que sea por que el adolescente en particular posee una personalidad más imponente – que un adolescente es “inofensivo”, amable y agradable siempre y cuando uno no invada sus límites o trate de obligarlo a salir de su mundo. En ese sentido, lo más importante para vincularnos con adolescentes es “estar ahí” para cuando quieran y necesiten ser un poquitito más vulnerables o quieran ser accesibles, pero de ninguna manera podemos imponerlo. 

En definitiva, un adolescente promedio será accesible en la medida que nuestra vinculación no pretenda más de lo que él puede dar hoy, y el cambio en la accesibilidad a él como persona llegará naturalmente con el paso del tiempo y la madurez, que ojalá llegue antes de los cuarenta.