IAMIM NORAIM

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Los momentos previos a Rosh Hashaná1 nos invitan a reflexionar, estudiar y reconectar. Quisiera compartir con ustedes algunas ideas que creo fundamentales para que estos Iamim Noraim2 estén llenos de sentido:

El estudio de Torá es siempre un viaje hacia la profundidad. Nos conecta con las raíces de la vida misma. La experiencia del estudio judío es una experiencia de trascendencia, de ir un poco más allá, comprender los matices, contextos y la complejidad de lo que uno está queriendo conocer.

El Ramjal (Rabí Moshé Jaim Luzzato), escribe en su obra “Mesilat Yesharim3” que ya en su época (1707- 1747) la agudeza de pensamiento estaba dirigida con exclusividad a las “áreas duras” del conocimiento, como la investigación científica o las matemáticas, pero la verdadera reflexión sobre la complejidad humana estaba relegada a unos pocos… a pesar de que eran conceptos ya absolutamente popularizados.

En nuestros días, esta tendencia se hace cada vez más notable. Si bien, como en aquellos tiempos, hoy la gente se “llena la boca” hablando de nociones pseudo psicológicas, de superación, resiliencia y asertividad, etc., para muchos impera el desconcierto en cuanto a la profundidad de la subjetividad y sus sutilezas, lo cual, lamentablemente, tiende a decantar en un reduccionismo de esta realidad y, por lo tanto, en su ignorancia4.

Hubo una época, no tan lejana, en la cual las personas aún sentían que podían aportar a sus pares con su compañía, comprensión y compasión. Hoy la gente vive sus vínculos con miedo y ansiedad.

Este enfriamiento de los lazos con nuestros congéneres es como una neblina que cada vez es más espesa y nos aleja lentamente de los demás. Nos sentimos solos.

A su vez, estamos viviendo una pandemia emocional: depresión, ansiedad, intolerancia a la frustración… y la lista sigue; las emociones parecen haber salido de sus límites y amenazan con desbordarnos constantemente, como si estuviesen fuera de nuestro control.

¿Qué podemos hacer? La solución judía no es dejar de pensar. Desentendernos de los demás no es una opción. La salud social y emocional no es el trabajo de psicólogos y psiquiatras solamente; es responsabilidad de todos.

La salud emocional se nutre de la salud vincular y social. Hoy los lugares seguros que antes representaban la familia, el estadio u otras instituciones, han perdido su fuerza; todos los vínculos se han vuelto laxos.

Esta guerra silenciosa de miedos, soledad y extrañamiento social debe combatirse. Debemos combatirla. ¿Cuál es el arma más poderosa que tenemos contra este enemigo helado? La calidez humana. Debemos recuperar los vínculos de calidez, confianza y seguridad, para que ese calor disipe esta neblina. Más sonrisas, más saludos mirando a la cara, más caricias sentidas, más contacto humano.

Estos Iamim Noraim5 tenemos la oportunidad de reconectar. El camino es salir de nuestra soledad y volvernos un lugar seguro para los demás; la niebla no es real, quienes nos rodean si lo son.

Gmar Jatimá Tova!6

  1. Artículo escrito por Rav Vladimir Milessi para la revista de Maimonides School, publicado este Erev Rosh Hashaná. ↩︎
  2. Literalmente «días terribles», es como se denomina a los días de las Altas Fiestas en el judaísmo, Rosh Hashaná, el comienzo de año, donde la humanidad es juzgada, y Iom Kipur, el día del perdón, donde tenemos la oportunidad de expiar y remendar los errores cometidos previamente. ↩︎
  3. Ver la introducción del libro. ↩︎
  4. Ver el paradigma de la complejidad de Edgar Nahum como un ejemplo de esta lógica aplicada a otras áreas del conocimiento. “Introducción al pensamiento complejo” (1990). ↩︎
  5. En el original decía «Rosh Hashaná» ↩︎
  6. ¡Qué la sentencia Di-vina sea favorable! ↩︎