Comparto un pequeño extracto que hallé en nombre del Rav Sh. Refael Hirsch Z»L sobre el rol de la educación en el hogar en relación con las posibilidades de éxito educativo en la escuela. Es importante recordar que este texto fue escrito hace más de 100 años, en un contexto sociocultural muy diferente al nuestro; sin embargo, creí que la idea de base puede llevarnos a la reflexión aún en nuestros días.

“La escuela, a diferencia del hogar, está bastante limitada en cuanto a recursos educativos.

Esta puede calificar positiva o negativamente. También puede premiar al alumno o negarle el derecho a recibirlo. (Aunque es más conveniente calificar positivamente o premiar, que reprobar o castigar).

Sin embargo, solo el buen alumno demuestra sensibilidad frente a una calificación positiva o un premio, y esa sensibilidad dependerá también de la reacción que observe de sus padres.

Seremos los últimos en recomendar la aplicación de castigos físicos, y no estamos de acuerdo con la idea de que, un maestro que no sabe dominar los problemas que surgen en la escuela, sin aplicar castigos físicos, es el maestro adecuado.

Y esto se aplica en especial en el hogar. Si el niño se acostumbra a reaccionar ante una observación crítica de sus padres solo si lo siente en su cuerpo (castigo físico), su sentido de la ética se debilitará, y automáticamente despreciará también las críticas de su maestro.

Los padres disponen de una gran variedad y un abanico de herramientas, como por ejemplo, entrega de premios u otra cosa, que se pueden adaptar de acuerdo a la inclinación de cada niño, para encaminarlo en la buena senda, mientras que la escuela está muy limitada en este sentido.”

Rab Shimshon Rafael Hirsch (Alemania, 5568 – 5649 / 1807 – 1888 e.c.) [Extraído de la revista «Jinuj «]